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MONFORTINO, FERROVIARIO Y … ¡TORERO!

Nadie pondrá en duda el ingenio de los monfortinos y menos aun si se trata de ferroviarios, razón por la cual no creo que ningún lector se sorprenda de lo que a continuación comentaré.

En los primeros años de la década de los 60, durante las fiestas de Ourense se instalaba una plaza de toros portátil, plaza esta que se ubicaba en la explanada donde actualmente se encuentra el pabellón de deportes de la citada ciudad. Pues bien, hace algunos años, mientras charlaba con el buen amigo y compañero ferroviario Francisco Sánchez Díez, entonces jefe de equipo de instalaciones mecánicas de seguridad, Francisco, monfortino también y residente en Coruña, me comentó que, una vez finalizada su etapa de aprendiz en los talleres de Renfe en Monforte, obtuvo plaza en Aranjuez. Durante su estancia en la citada ciudad había adquirido una cierta afición por los toros, llegando a torear en las fiestas de pueblos próximos a su lugar de residencia y en algunas otras poblaciones de las provincias de Madrid y Toledo.

De vuelta a Ourense, allá por los años 60, tuvo ocasión de formar parte del cartel taurino para las fiestas locales con un nombre no exento de tronío y orgullo de cuna: “El Niño de Monforte”. No sabemos cuántas veces habrá salido Francisco por la puerta grande, pero estamos seguros de que, con ese nombre, siempre salió con la cabeza alta.

Confesaba que lo que mejor dominaba del arte del toreo era la muleta y que una vez en el ruedo, no importaba si por la puerta de toriles saldría un morlaco o una vaquilla, solo importaba ofrecer una buena faena para el respetable público asistente.

Tiempo después, el azar me llevó a encontrar la siguiente noticia en la prensa de la época:

Vaya desde aquí un recuerdo cariñoso para nuestro amigo Paco.

FERMÍN AVELLANEDA